Decide
pues, valiéndose de unos diarios y unas fotos de familia, emprender un viaje
hacia el pasado con la intención de descubrir los hechos más importantes que
determinaron la existencia de Johanna y de Hanna, madre y abuela, en busca de
esas señas ocultas, esos códigos secretos que, pasando de generación en
generación, modelan nuestra identidad sin que apenas tengamos conciencia de
ello.
Y lo que
empieza siendo pura curiosidad se transforma pronto en acuciante necesidad,
pues Anna comprende que sólo así podrá reconciliarse con su pasado y encontrar
la estabilidad que le permita solucionar los problemas que la aquejan.
Marianne Fredriksson (Gotemburgo, 1927- Estocolmo, 2007)
Inició su andadura en el
mundo de la escritura como periodista,
en el diario local Göteborgs-Tidningen, GT, en el que pronto se especializó en
asuntos policiales y marinos.
En 1974, le nombraron directora
del suplemento 'Idag', del prestigioso rotativo 'Svenska Dagbladet', donde
cultivó sus dotes literarias, empezando a escribir toda clase de artículos sobre la mujer, haciendo
gala de la retórica feminista que siempre defendió.
No publicó su primer libro hasta 1980, recién
cumplidos los 53 años, la novela El libro
de Eva.
Sus libros se caracterizan
por la constante presencia de personajes femeninos dentro de un fondo
religioso. La escritora examina las distintas emociones humanas, como el amor,
la maldad, el miedo y la ira dentro de un trasfondo familiar.
En
general, el público recibía con mayor entusiasmo sus obras (con las que se identificaban
cientos de miles de lectores), que la crítica, muy dividida, coincidiendo, sin
embargo, en que la comprensión de la
debilidad del ser humano y la capacidad para conectar con el lector eran
las mejores cualidades literarias de la autora.
Entre sus obras destacan: El
libro de Eva, El
libro de Caín, La
saga de Nore, Los
niños del paraíso, Las
hijas de Hanna, Simón
y los robles, Aves migratorias, La
cara
de la maldad.
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