jueves, 18 de mayo de 2017

“Cómo mejorar la educación en España”, de Antonio Cabrales (tercera y última sesión)


El pasado martes 9 de mayo tuvimos la última sesión dedicada a comentar la situación actual de la enseñanza en España. Previamente habíamos dedicado dos sesiones más a comentar esta materia ya que consideramos la educación como un tema prioritario, teniendo en cuenta además que en estos momentos se está intentando llegar a un pacto educativo. La primera sesión desarrollamos nuestros comentarios a partir del artículo Cómo mejorar la educación en España del profesor de la University College of London, Antonio Cabrales Goitia. En esta tercera y última sesión nuestro punto de partida ha sido el libro blanco del catedrático de filosofía José Antonio Marina. Plasmamos a continuación nuestros comentarios y propuestas de mejora.


Impresiones de la sesión 
(última parte sobre el tema de la enseñanza)

Es la primera vez que hemos empezado la sesión con puntualidad germana. A las siete y media en punto, Luis iniciaba la presentación para introducir el tercer debate sobre “La mejora de la educación”. Para ello se valió de comentar con detalle “El Libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar”, de los autores José Antonio Marina, Carmen Pellicer y Jesús Manso.

Vista a vista de ordenador, fue desglosando las partes esenciales del informe centrado en la importancia que el docente tiene tanto en el aula como en el proceso educativo; de aquí, que de los tres grandes capítulos de los que consta el informe, dos se titulen: “Los docentes y la transformación del sistema educativo” y “La profesión docente”, y en el tercero titulado “Cómo gestionar el cambio educativo” aparece un primer apartado, “Protagonismo de los docentes actuales”, dedicado al protagonismo decisivo que los profesionales deben de tener en el proceso de reforma educativa.



Entre interrupciones, matizaciones y cuñas publicitarias la presentación se alargaba y los tertulianos mostraban ganas de participar y debatir; así Luis nos iba sintetizando cuestiones como la importancia adquirida por los centros y la dirección de los mismos, la selección y formación -también continua- de los docentes, los profesores y la Formación Profesional, la evaluación, los Departamentos de Orientación Psicopedagógicas, la profesión docente y sus nuevos perfiles, los Colegios Profesionales, la creación del conocimiento educativo…

En cuanto a las cuestiones relacionadas con la reforma destacó aspectos como el ya señalado de la vital importancia de los docentes en el proceso de cambio, la necesaria transformación que deben de tener los Centros Educativos y lo decisivo de acoger y valorar todas las iniciativas de cambio y transformación.

Tras la presentación iniciamos el debate y logramos, pese a ser numerosos los tertulianos participantes, que todos intervinieran. A lo largo del mismo se defendieron tres posturas bien diferenciadas; unos defendían que las reformas propuestas por Marina seguían teniendo pleno vigor; una segunda, mantenía que las mismas estaban totalmente desfasadas ya que las circunstancias actuales eran muy diferentes a las existentes cuando el autor hizo sus propuestas y, una tercera más conciliadora, señalaba que pese a ser una buena reforma muchas de sus iniciativas y propuestas eran muy idealistas, teóricas y utópicas.



Dentro del turno del debate Manuel se manifestó en contra de los conciertos a los colegios privados en la enseñanza obligatoria y mucho menos en la etapa del Bachillerato, como se pretende implantar en la comunidad murciana. A este respecto César se mostró a favor de la concesión de conciertos a las etapas obligatorias de la enseñanza y a un número limitado de centros privados, en consonancia con el objetivo de la LODE que aprobó el gobierno de Felipe González, ley orgánica de 1985, y que no era otro que la igualdad de oportunidades, es decir, que los padres pudieran elegir centro público o privado independientemente de su situación económica.

Se habló del problema que existe de endogamia en la Universidad y César citó lo que Enrique Gimbernat, uno de los penalista más reputados de España, opina a este respecto: “El mérito y la capacidad ya no tienen tanta importancia y lo que funciona es el amiguismo. La universidad española está ahora mismo hundida por la endogamia”. J. A. Marina ve necesaria la valoración del esfuerzo y del trabajo, a lo que algunos de los miembros del club aludieron que esto no se va a conseguir si sale adelante la pretensión por parte de los actuales miembros encargados de conseguir el pacto educativo de que se permita la obtención del graduado de la ESO con hasta dos asignaturas suspensas y con una calificación por debajo del cinco; en este punto el gobierno del PP ha cedido en sus pretensiones iniciales por la necesidad precisamente de llegar a este pacto necesario, puntualizó Alejandro.



José hizo hincapié en la necesidad de enfocar a los hijos que existen oportunidades en el mundo laboral más allá de la universidad, ya que el mercado laboral no puede absorber tanto titulado universitario; en este punto Luis Miguel comentó con cierta ironía que ya su profesora de griego en la universidad le advirtió que con esa carrera iba a ser “carne de cañón del paro”. En la presentación del Libro Blanco Luis remarcó que en el profesorado no es suficiente con saber enseñar, hace falta también talento; a este respecto Iñaki puntualizó que echaba de menos la palabra vocación, que en ningún momento se había citado. Para Luiso la solución al problema que tenemos con nuestro nivel educativo en España no se va a resolver haciendo reformas sobre lo que ya tenemos, hay que descartar lo se ha venido haciendo y partir de cero: no vale con podar el árbol, hay que cortarlo y poner las semillas para que crezca uno nuevo.

No estamos siendo conscientes de que lo que nos ha valido hasta ahora ya no nos vale, como subrayó Marta hay que preparar al alumno para el futuro, para lo nuevo que se nos viene encima. José Ángel se manifestó en desacuerdo con la idea poco realista de J. A. Marina de que los mejores profesores tendrían que centrar su labor en los centros de las zonas más deprimidas y necesitadas de la población, una forma de aprovechar su valía. Manuel insistió en la importancia de la mejora del profesorado y en la necesidad que éste sea apoyado y reconocido por todos los sectores implicados en la enseñanza; y Antón apeló a la responsabilidad de este colectivo y a un mayor control sobre todo del profesorado interino, provocando a este respecto la reacción de Amelia, resaltando que no hay que dudar de la calidad de este profesorado, que tiene que pasar unas duras pruebas para optar a la interinidad.



Nos anunciaron desde el altavoz que debíamos desalojar, pero dieron las nueve y nosotros seguíamos racaneando.


Desde nuestro club animamos a participar en este debate sobre la educación aportando críticas, sugerencias o puntos de vista en nuestro apartado de comentarios del blog

A r t i c u l a r i a

3 comentarios:

César dijo...

Estoy de acuerdo con la propuesta de J. A. Marina en su libro blanco de la necesaria valoración del esfuerzo y del trabajo en los alumnos. El no exigir, como se pretende, un aprobado para obtener el graduado en la ESO no motiva el esfuerzo en el alumno; esto se está reflejando en los resultados de las pruebas de la OCDE y en cuyos informes queda reflejado que el nivel educativo de España con respecto a los países analizados queda entre los últimos de la lista. En este sentido apoyo la propuesta del sindicato AMES-FPS (Acción para la mejora de la Enseñanza Secundaria) de imponer pruebas externas de nivel. Como dice esta entidad la administración ha de vigilar que las calificaciones que dan los centros se corresponden con los conocimientos de los alumnos. La única forma de controlarlo es realizando, la propia Administración, exámenes a los alumnos al final de cada etapa educativa (Primaria, ESO y Bachillerato), lo que se denomina Pruebas Externas de Nivel y que correspondería a los llamados Exámenes de Estado en otros países europeos cuyo nivel es superior al nuestro: Alemania, Holanda, Francia, Inglaterra, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia.

El gran beneficio de estas pruebas, continúa diciendo AMES-FPS, sería el aumento de calidad en nuestro sistema educativo ya que se producirían, entre otras, las siguientes mejoras: debido a la exigencia que implica tener que superar una prueba externa para poder seguir los estudios, los alumnos se verían mucho más motivados a estudiar; al volver a ser importante la preparación de los alumnos, sus profesores recuperarían la ilusión en su función docente y, debido a ello, su prestigio social; se aseguraría un buen nivel inicial en todos los alumnos que acceden a la siguiente etapa educativa; se acabaría con la falta de profesionalidad de algunos docentes. En la actualidad, al no haber ninguna prueba externa al final de la ESO, puede haber profesores que exijan menos de lo debido para aprobar y que sólo imparten una parte de los temas básicos imprescindibles. También puede haber profesores que llenen el tiempo con actividades semilúdicas, de escaso valor formativo, simplemente porque implican menos esfuerzo para el profesor y para el alumno.

Este sindicato añade además: “Todos los profesores sabemos de sobra que, a partir de una cierta edad, los alumnos de Secundaria no aprenden más en función directa del número de horas de clase que reciben de una materia, sino en función de sí hay o no un examen al final. Si el alumno sabe que la nota se deriva básicamente de la simple asistencia, en general no se esfuerza y el resultado es que apenas aprende nada por muchas horas de clase que reciba”.

luismi dijo...

Yo quiero agradecer la clara exposición que Luis nos hizo de la propuesta de reforma educativa de Marina. Además de esto, me gustaría destacar la central importancia que él -Marina- concede al estamento de enseñantes en la misma.
Pese a reconocer la influencia del entorno en el transcurrir diario de la dinámica educativa de los centros, en sus alternativas se explaya mucho en el quehacer de los docentes, quedando excesivamente relegados el resto de los elementos que intervienen en el proceso educativo, empezando por los propios alumnos y claro está, aún mucho más padres, sindicatos, instituciones, etc...

Anónimo dijo...

La finalización del debate que sobre educación hemos venido celebrando, me sugiere la gran complejidad que el asunto plantea a la hora de abordarlo de una manera pormenorizada. Quizá sea esto por la cantidad de actores que están llamados a regularlo y a ponerlo en práctica. Pero no debemos olvidar que la Educación está al servicio de la perdurabilidad de la sociedad y de su cultura, y, a la vez, mantiene lo que es habitual y natural en el devenir de la comunidad, sin olvidarnos de que responde al modelo estructural e institucional que es propio de esa sociedad.
Es por este pensamiento que comparto la idea de que lo natural y habitual para mejorar la Educación serían el diálogo y el acuerdo entre partidos políticos y asociaciones vinculadas al quehacer educativo. Ese acuerdo debería recoger, entre otras ideas, las siguientes:
- definir con claridad la función de la escuela y el papel de los profesores, los alumnos, los padres y la comunidad, así como sus mutuas relaciones;
- fijar de forma dinámica los objetivos, contenidos, metodologías, actividades y evaluaciones que sirvan para que el alumno sea un buen estudiante y un ciudadano responsable, tanto hoy como en un futuro;
- concretar hacia donde va la escuela y la Educación que en ella desarrolla, para lo que hace falta enumerar los ideales educativos que sirvan al alumnado para hoy y para un mañana ligado a un porvenir en gran medida desconocido;
- abrir la escuela y la Educación a la comprensión de las diferencias y a la asimilación de éstas, dado que la comunidad global en la que nos encontramos exige dar respuestas que superen la marginación y avancen hacia la inclusión.
A partir de aquí opino que se puede acordar la implementación dinámica de un servicio educativo que la sociedad toda entienda como justo y necesario para la formación de los miembros que la componen.
Abordemos las causas que puedan orientar y suponer mejoras, y evaluemos las consecuencias de lo que la acción educativa produce. Creo que es un buen camino. Alejandro.